A lo largo de la historia, tanto la arquitectura como la gestión urbana han dado respuesta a los principales escenarios de riesgos biológicos –pandemias–,  y desarrollado soluciones pertinentes en relación con la configuración urbano- territorial, a partir de las cuales se han gestado importantes transformaciones”. Así introduce Érika Ayala, doctora en Teoría e Historia de la Arquitectura, y docente del Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo  de la Universidad Francisco de Paula Santander, en Cúcuta, el contexto histórico de la evolución de la arquitectura  y el urbanismo como resultado de la propagación de enfermedades infectocontagiosas.

Ejemplos de lo anterior –dice– son el Gran Hedor o la Gran Peste –1858–, momento en el que el vertimiento de residuos humanos al río Támesis, en Londres, contribuyó a la proliferación de enfermedades,  y la cuarta pandemia del cólera –1866–, que se concentró principalmente en África y Europa. Ambos hechos impulsaron el desarrollo de soluciones para el saneamiento del agua, como los procesos de canalización y la implementación de sistemas de drenaje. «También es importante recordar que, posteriormente, la arquitectura y la gestión  urbana asumieron retos asociados a la teoría microbiana, lo cual implicó establecer medidas que contuvieran la propagación de la fiebre amarilla y el cólera, como las zanjas de drenaje”.

Igual que en el pasado, hoy enfrentamos un enemigo invisible que ha motivado nuevas reflexiones en torno a la casa y los espacios colectivos y urbanos, con el fin de adaptarlos a los lineamientos higiénico-sanitarios que evitan el contagio por COVID-19. «En este escenario se han evidenciado deficiencias cualitativas y cuantitativas de vivienda, situación que exige de los arquitectos  y planificadores  urbanos la capacidad de diseñar nuevas unidades habitacionales  flexibles, polivalentes, vinculadas a la naturaleza y construidas  a base de materiales sustentables”, concluye Ayala.

Hay que señalar, además, que con la introducción del home office, un gran número de personas desea remodelar su casa con intención de que sea cómoda, tanto para trabajar como para descansar. En este sentido, el arquitecto Ernesto Lafaurie, cofundador de Colette Studio, considera que lo importante es conocer en primer lugar el espacio con el que se cuenta –y entre quienes se distribuye–, para así discernir la posibilidad de independizar un área o sumarla a otra.

Para los arquitectos, esta pandemia ha permitido reevaluar nuestra relación con los lugares que habitamos.

En segundo  término, definir el tipo de labor que se realiza con el fin de determinar si se requiere una mesa para el computador, un ambiente para hacer llamadas, una zona abierta, etc. Ciertamente, «todavía hay demasiada incertidumbre en relación con la mecánica del trabajo y el futuro de esta contingencia en el corto y mediano plazo. Y, tomando en cuenta que no todas las viviendas disponen de un espacio extra, como  un estudio  o sala de televisión que pueda convertirse en oficina, es necesario encontrar una solución que no resulte incómoda, por ejemplo, ubicar un escritorio en el centro de la sala no es eficiente.

Por eso, para mí lo ideal es lograr áreas versátiles y no encasilladas en un único uso”. Adicionalmente, menciona la importancia de las conexiones de internet y electricidad, pues la optimización de su instalación –dispositivos y cables– asegura que el lugar no solo sea agradable, sino que se perciba ordenado.

Aunque piensa que es muy pronto para identificar tendencias de interiorismo a escala residencial, está convencido de que esta emergencia ha permitido reevaluar nuestra relación con los lugares que habitamos: «La tendencia más relevante será el redescubrimiento de la vivienda, entender que esta ofrece alternativas más complejas, lo cual, espero, impacte de manera positiva el mercado inmobiliario en cuanto al diseño de zonas comunes  y privadas. Asimismo, veo que estamos cambiando los hábitos, el lavado de manos o el hecho de retirarse los zapatos antes de entrar seguramente van a traducirse en elementos arquitectónicos distintos a los acostumbrados”.

Sobre esa misma línea, Luis Felipe Calderón, gerente de Tejidos  LAV, recomienda seguir los siguientes consejos para reconciliar el trabajo y el ocio en el ámbito doméstico: «Se debe escoger un lugar específico donde trabajar –lejos de distracciones y con suficiente  luz y ventilación–, ya que esto permite separar la vida laboral de la personal. Utilizar una silla que mantenga la espalda alineada, una mesa de buen tamaño a una altura adecuada, y procurar una acústica y temperatura ideales, lo cual es posible mediante el uso de un tapete o alfombra modular”.

«Se debe escoger un lugar específico donde trabajar –lejos de distracciones y con suficiente luz y ventilación–, ya que esto permite separar la vida laboral de la personal”, afirma Luis Felipe Calderón, gerente de Tejidos LAV.

Entre tanto, para quienes pretenden remodelar o mudarse  aconseja  dar prioridad a los inmuebles dotados de áreas amplias, flexibles y luminosas,  que cuenten con un estudio o espacio de trabajo  y, a la vez, con balcones, terrazas o jardines donde descansar. Por último, y no por eso menos importante: «Para garantizar la limpieza y desinfección de las superficies, es necesario utilizar pisos de fácil mantenimiento  como los SPC –Stone Plastic Composite–, laminados o alfombras que retengan el polvo y eviten que se irradie en el ambiente. Hoy también es clave disponer de muebles o tapetes para acomodar los zapatos al entrar”.

Conviene subrayar este último punto, ya que constituye una de las variables a tomar en cuenta en esta época. Según Marcelo Albornoz, director de Pisos J. Albornoz, urge que los pisos sean de fácil limpieza, para lo cual deben soportar el agua; «dentro de nuestro portafolio existe una gran variedad de laminados  y vinílicos que resisten no solo el agua, sino rayones y manchas”.

Paralelamente, los interesados en conocer las últimas tendencias en cuanto a pisos deben saber que «se impusieron los patrones –chevrón y espiga–, el uso de madera, mármol y piedra, paletas de color neutras –pero con un toque de sofisticación–,  y el estilo zen, afín a los conceptos de aspereza, simplicidad e imperfección, características que concurren en un producto equilibrado y puro”.

Respecto  al color, Jesús Márquez, gerente de color de Pintuco, afirma que este es esencial, pues de él –así como de la decoración– depende la sensación transmitida por uno u otro ambiente. «La pintura es una de las estrategias más efectivas para hacer de cualquier lugar un espacio cálido, puesto que no requiere mayor inversión.

El color de las paredes determina la sensación que transmitirá el ambiente.

Eso sí, se debe conocer de antemano la vocación de cada sector –trabajar, descansar, compartir, etc.– para elegir el tono adecuado.  Así, por ejemplo, los pastel o neutros son ideales en áreas destinadas al descanso, mientras que los tierra aportan bienestar a las zonas sociales,  y los no primarios –violeta, vino tinto, terracota o verde oliva– ayudan a la concentración en estudios  y oficinas”.

Finalmente, en la era de la COVID-19, millones de personas en el mundo han estado confinadas en hogares que respondían a las necesidades anteriores a la pandemia, pero no precisamente a las de esta nueva realidad. Cada vez más los profesionales del sector de la arquitectura y el diseño constatan el imperativo de que el espacio doméstico evolucione hacia áreas más flexibles y mejor iluminadas y ventiladas. Un punto de inflexión en la manera como entendíamos la vivienda y, más aún, una invitación a remediar esta situación mediante herramientas compositivas  social y económicamente viables.

Tomado de la revista AXXIS