El ingeniero José Calavera en su libro “Patología de estructuras de hormigón armado y pretensado” dice que un observador ajeno al tema, al contemplar el crecimiento de los daños en construcción, pensaría probablemente que cada vez disminuye la capacidad del hombre para construir correctamente, pero que esto no es cierto.

Juzgar el origen del crecimiento de los casos de patología, afirma Calavera, es tarea delicada y compleja que no puede abordarse, sin tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Hoy se construye mucho más de lo que se ha construido nunca.
  • Se construye con mucha velocidad.
  • Se llevan a cabo construcciones de mucha mayor complejidad que en el pasado.
  • Aunque los esfuerzos realizados en la preparación de mano de obra calificada son de buena calidad y muy meritorios, su intensidad está muy por debajo, no solo de la necesaria para mejorar su calidad, sino incluso de la imprescindible para mantenerla en su insatisfactorio nivel actual.
  • Los planes de estudios universitarios se revelan como incapaces para proporcionar a la industria de la construcción, el número de profesionales bien preparados que esa industria necesita.
  • En sectores muy amplios de la construcción, aparecen continuamente materiales que después de una vida corta, son reemplazados por otros que presentan más interés. En medida importante esto impide adquirir una experiencia válida sobre su uso.  Por supuesto se mantiene  en los técnicos la validez de la experiencia profesional general, pero decrece el valor de la experiencia concreta sobre ciertos materiales y procesos, por su corto período de uso.

 

A título de complemento podrían agregarse otras causas:

    • Las adiciones y reformas no controladas, en edificaciones no aptas técnicamente para ser remodeladas o no remodeladas técnicamente.
    • La alta contaminación, especialmente en las ciudades industrializadas.
    • Los daños ocasionados en edificaciones por cambio de uso.

 

Revisado: Marco Alberto Jaramillo Guzmán – Actualizado: abril de 2009.