• Tener sentido de la observación. Hacer la lectura de lo que sucede, comparar, repetir el proceso de lectura, abstraerse (unir la teoría con la práctica)
  • Contar con información técnica especializada y actualizada
  • Saber correlacionar el diseño, con la construcción y el uso.
  • Escuchar con atención la información verbal.
  • Extractar la parte fundamental de la información escrita.
  • Tener muy claro el empleo y las limitaciones de los materiales y de la mano de obra.
  • Conocer bien los principios teóricos de resistencia de los materiales, en cuanto a esfuerzos y deformaciones.
  • Tener visión de conjunto, no concentrar toda la atención en daños puntuales.
  • Vigilar el proceso de pruebas y ensayos. No distraerse con pruebas y ensayos innecesarios.
  • Leer casos e informes de patología permanentemente.
  • Ser muy prudente en las apreciaciones personales durante el trabajo de campo.
  • Pedir asesoría de expertos en los temas ajenos a su experiencia o conocimiento.
  • Practicar y tener la disciplina de estudiar y trabajar en equipo.
  • Guardar durante y después del estudio la debida reserva profesional.
  • Ejecutar un excelente informe escrito en presentación y contenido, utilizando a un lenguaje claro, técnico y preciso.
  • En fin, el patólogo debe analizar lo máximo para intervenir lo mínimo.